by Codea Studio
NO HAY LUZ SIN OSCURIDAD
EL PODER DE LA IMAGEN COMO ESPEJO EMOCIONAL
«A veces es necesario sumergirte en la oscuridad para curar precisamente las heridas hechas por la oscuridad.»
luzbelle.
2014
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En 2014 sentí la necesidad de reconectar con Barcelona, la ciudad donde nací y en la que estuve a punto de perder la vida. Quise hacerlo a través de la fotografía de calle. Sin embargo, al desplazarme en silla de ruedas, manejar la cámara y la silla al mismo tiempo resultaba complicado y perdía la espontaneidad.
Gracias al taller OBJECTIU>BCN, tutelado por Walter Astrada, y junto a Toni Amengual, ideamos un sistema para anclar la cámara al chasis de la silla y disparar por control remoto, sin necesidad de mirar por el visor. De este modo, inspirado por el instinto de perro callejero de Daidō Moriyama y la técnica de Joan Colom, volví a la calle sin otra distracción que el propio acto de fotografiar, guiado únicamente por la intuición. Así, la fotografía se convirtió también en una herramienta para tomar conciencia de mí mismo.
De ese proceso nació el proyecto No hay luz sin oscuridad, fruto del intercambio de experiencias con luzbelle, una persona con Trastorno Límite de la Personalidad. A través de sus diálogos crudos y lúcidos, me reencontré con Barcelona, proyectando en mis imágenes los recuerdos y emociones que arrastraba de mi experiencia. Al mismo tiempo, descubrí cómo mis propias fotografías le ayudaban a canalizar lo que sentía y sufría a causa de su enfermedad mental, y comprendí el poder que tienen las imágenes para activar recuerdos y emociones profundas.