Desde hace un tiempo, utilizo una handbike eléctrica para los desplazamientos largos. La he bautizado Don Anselmo, en honor al incomprendido protagonista de la afilada película de Ferreri y Azcona “El cochecito”. El hecho de usar a Don Anselmo ha multiplicado el número de fotos que hago casi a diario por la calle.

Ante toda esa marea de imágenes, para que no se queden olvidadas en discos duros, he decidido cada cierto tiempo editarlas para buscar en ellas elementos de conexión que me lleven a una narrativa visual a partir de una frase o palabra escrita en alguna de sus paredes y materializar todo este proceso en forma de fanzines.

Este juego me permite dialogar constantemente a través de la fotografía con mi propia ciudad, Barcelona, que tantas sensaciones contradictorias me despierta y me está permitiendo descubrir elementos comunes de conexión entre mis fotos, haciéndome sentir que las propias imágenes buscan un orden concreto para cada fanzine, como queriendo encontrar las palabras justas para decirme algo.